Nada, nada soy sin ti.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Mis manos, para ti. Mis suspiros, mis ganas, mi poca fuerza, mi voz. Mis ojos, tú, mis pasos... te doy mis sueños. Lo que yo pueda valer es por que tú se lo has dado... fuera de ti, nada, nada, nada sirve, nada soy. Tú le das sentido a todo, sentido, razón, motivo, ánimo, fuerza... te doy mis ilusiones y mis frustraciones.

Te pido que estés presente en cada minuto y segundo de toda mi vida, que me veas crecer...
el día que, delante de ti, empiece una nueva etapa y seamos dos compartiendo nuestra vida para ti, que mis hijos te conozcan y tú les conozcas a ellos, quédate cada segundo de mi vida aquí conmigo día a día, eso te pido, que todo, mi relación con los demás, mis proyectos, mis pensamientos giren entorno a ti, siendo tú el centro de todo lo que viva aquí en la tierra.

Tú me hiciste, sabes cuantas arrugas se forman en mi cara cuando sonrío, recuerdas el llanto de cuando salí de mi madre, pero olvidaste por completo mis faltas, recuerdas las palabras, una por una, que te dije ese día en aquella habitación, pero no tienes memoria de cuando te fallé, no te acuerdas y me dices: "¿De qué me estás hablando?... ¿de qué pecado me hablas? borrado de mi mente está, por completo..." Nada tenia, nada podía darte, tú me diste, así que es tuyo y en ti lo voy a invertir.

Nada... eso era yo, hasta que viniste tú.