continuidad

miércoles, 24 de septiembre de 2008


Vi las gotas, como resbalaban, caían encima de la otra y estas se hacían más grandes e iban creciendo a medida que se encontraban más gotas a su paso, camino abajo en el cristal. Ahí recordé lo que mi padre me contaba cuando era pequeño sobre la lluvia. Él siempre solía, mejor dicho, suele acostarse al medio día pidiéndonos a mi madre y a mí que estemos con él hasta que se quede dormido. A veces hablamos, a veces confesamos (más bien yo les acabo confesando y abriéndome contándoles lo que siento), pero siempre siempre repite lo mismo: "Cuando era pequeño y me iba a la cama me encantaba escuchar la lluvia cayendo encima de nuestro techo de chapa, es lo que aliviaba a este corazón encojido esperando a que mi papá llegara sano y salvo y no tuviera problemas con el temporal mientras salía a pescar con el barco". Ayer me quedé pensando en eso. Lo solo que se sentía. Y yo, generaciones más tarde, escuchando sus historias. Hija y nieta de pescador. El olor del mar, manos frías y cortadas remendando las redes, boina y chaqueta de azul marino, con brújula y mirando siempre el cielo, su preocupación; poniente o levante.

Qué curioso, pero Dios me hizo reflexionar sobre muchas cosas sólo mirando esas gotas. Recordé a mi abuelo, su huerto de menta y hierba buena. De ahí cogí afición a los tés. Delgado y frágil, no muy alto, su rostro sereno, ojitos pequeños, sus brazos tatuados, su camisa a cuadros y su boina azul marino. Esa es la imagen que me quedó de él. Me asustaba cuando me contaba cosas del apocalipsis.

-Yo quiero ir a las naciones y dar a conocer a Dios cuando sea grande.
- No quieres ser la esposa de un pescador?
- De hombres? sí! lo seré.

Mi padre me recordó ese pequeño dialogo que tuve con mi abuelo cuando tenía 6 años. Me hubiese gustado que llegara a verme, que estuviera aquí. "Mira abuelo, mira lo que Dios está haciendo y lo que va a llegar a hacer". Qué es la herencia al fin y al cabo? no quiero dejar fotografías ni que me recuerden por otra cosa sino por servir a Dios, llegar a lugares y personas donde otros no dejaron huella.

Mírame

No me busques más, que tu alma ya no mire atrás

Siempre he estado ahí, contemplando tu gemir y suspirar.

Cógeme la mano y no me sueltes

Y te enseñaré a andar sobre el mar.

Trae aquí los panes y los peces

Y recuerda que Yo tengo mucho más, para ti.

Mírame a mí, contémplame,

pues mi poder se perfecciona en ti.

No llores más, ya estoy aquí.

Pídeme, te quiero suplir.


ALEX SAMPEDRO.

Sigo aquí, no te he dejado.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Me detuve, me tumbé, y empecé a sacar todo eso que me aprisionaba y hacía que apretara fuerte para no llorar cuando mi padre me preguntaba cómo me sentía.

Tengo miedo...
Yo sé que Dios responderá, y que está aquí, pero mi miedo hace que me encierre en un caparazón, para que nadie, nada y ni siquiera yo pueda hacerme daño.

Nadie mejor que Él puede entender lo que nos pasa dentro, lo que otros no ven. Cuando lo pensé dije: "Tú, sólo tú, Jesús, me entiendes mejor que nadie..." No hablo de aquél dolor que Jesús sufrió con la lanza, ni cuando recibió los latigazos ni cuando sus manos y sus pies fueron perforados, hablo de ese clamor "Elí, Elí, ¿lema sabactani?". Dios promete que estará contigo y conmigo todos los días hasta el fin del mundo. La mayor soledad la sufrió Él.

Si hay algo que no quisiera perder nunca es Dios.Le pedí hoy que me sacara de este miedo, y... en le silencio de tu habitación su presencia descienda y te diga: "no estás sola en esto, estoy aquí, ¿me sientes? no dejaré que caigas ni que nada te dañe. Empezamos esto juntos y lo acabaremos juntos.Nunca te he fallado, deposita tu confianza en mí una vez más."

 
[ Unwritten music ] - by Templates para novo blogger