Selah.
miércoles, 29 de octubre de 2008
Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios. 30Y Aarón y todos los hijos de Israel miraron a Moisés, y he aquí la piel de su rostro era resplandeciente; y tuvieron miedo de acercarse a él. 31Entonces Moisés los llamó; y Aarón y todos los príncipes de la congregación volvieron a él, y Moisés les habló. 32Después se acercaron todos los hijos de Israel, a los cuales mandó todo lo que Jehová le había dicho en el monte Sinaí. 33Y cuando acabó Moisés de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro. 34Cuando venía Moisés delante de Jehová para hablar con él, se quitaba el velo hasta que salía; y saliendo, decía a los hijos de Israel lo que le era mandado. 35Y al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro era resplandeciente; y volvía Moisés a poner el velo sobre su rostro, hasta que entraba a hablar con Dios.
Éxodo 34:29- 35.
¿De qué tienes miedo?
Sentí como si...
...llegara tarde. Sentí que el tren se había ido y yo me había quedado en el andén. Tenía dos opciones: irme o quedarme y esperar el próximo tren. Al principio estuve indecisa, finalmente decidí quedarme y esperar. Me senté, arrinconada en el final, deseando que no se acercara nadie y me dejaran sola, para así no tener que preocuparme en si me veían o no con cara de pena.
A lo mejor es lo nuevo y lo que falta. O que no entiendo muy bien el porqué de todo... eso es lo que me tiene así, que no sé que lo que pasa a mi alrededor o es que sólo esto me está pasando a mí. Sólo repito que no lo sé. Ya no cuento las cosas como las contaba antes, me las guardo... y me hace sentir tan mal... es como intentar mantener una pelota sumergida en el agua mucho tiempo. El problema: qué es lo que no dejo que salga? si lo supiera lo haría. Y se lo pregunto a Él, y sólo hay silencio... ¿por qué?
Entiendo cosas y otras no. Entiendo que no quiero, realmente no quiero que los demás me vean, lo que no sé bien es qué me causa esto. Por que parece que ellos lo tienen más fácil? Por que parece que ellos lo entienden y yo no? Que tienen la capacidad para resolverlo antes, que ellos pueden encontrar la solución y entenderlo todo mucho más rápido que yo? Por que yo no encuentro cómo resolver y entender nada? Antes lo tenía más claro... cuando debía pasar algo yo sola y cuando no. Ahora... no sé si debo hacer esto sola o pedir un empujón a alguien... sólo veo subidas y bajadas fortísimas.
Quiero otro nivel de intimidad y... pero no entiendo otras cosas, y no sé si hay algo detrás con esto, soy yo o es Él? es horrible sentirse desorientado. IGUAL que cuando uno es pequeño y pierde de vista por 3 min. a sus padres en un centro comercial... justo eso, se me repite barias veces esa escena. Es como un desespero! dónde estás??
Anoche me desperté de golpe con un: "¿de qué tienes miedo? Estoy aquí, contigo". No miré la hora pero fue a la madrugada. Desperté con eso en la mente, como si me lo hubiera susurrado. Lloré durante una hora hasta que me quedé dormida otra vez. Esa hora despierta me sentí tan calmada, protegida, segura...
Hoy desperté sabiendo que todo seguía igual, pero Él algo había cambiado.
Sabiendo que siguen las preguntas sin respuesta, pero sabiendo también que aun que YO no entienda Él no se ha ido lejos...
... A pesar de los "no entiendo" Él sigue ahí, no se ha ido.
Sigue estando contigo.
Requerimiento.
sábado, 25 de octubre de 2008
"Apartir de hoy..." y se repitió la oración otras 100 veces, otros 100 días...
The healer.
sábado, 4 de octubre de 2008
Cuando fui, sin que nada me estorbase e interrumpiese, sin saber que iba a encontrar, me quedé unos minutos en silencio. Como aquel que entra al despacho de su jefe el primer día de la entrevista. No sé si tímida o sin ganas de querer exponer nada. No hizo falta.
Él rompió el silencio.
No se precisó que yo le dijera qué pasaba, qué sentía o qué dudas tenía.
Él rompió el silencio.
No tuve tiempo a decidirme si contarle o quedarme callada, sólo fueron segundos sin habla.
Él rompió el silencio.
Otra vez desnudó mi alma por completo. "¿Por qué lo callas? sé perfectamente lo que sientes".
Ahí ya no pude contenerme. Igual que una niña corre a los brazos de su papá después de haberle perdido de vista en un centro comercial durante 2 min. Ahí vino Él, experto en la delicadeza y el más sabio en la exhortación.
Me quedé sorprendidísima, incluso temblé cuando minutos más tarde en la cocina escuché por la radio la voz de una chica, una voz muy dulce, entre 20-25 años, diciendo esto: "Te espero. Espero a que tomes un momento y te sientes, como cuando quedas con alguien a tomar un café. Que me cuentes, que te abras... yo quitaré tus miedos. No hagas caso a lo que dicen. Sólo yo sé cómo eres, sólo yo digo lo que eres, y sólo yo digo lo que puedes lograr. No les escuches. Eres mía, desde el momento en que naciste. Siéntate en mi falda, cuéntame y llora en mi hombro. Quiero oler tu perfume, oír tu voz y tocar tus rizos. Yo quitaré tus miedos. Yo te protejo, princesa."
Ahí, en la cocina, con los guantes y la espuma, no podía creer lo que acababa de oír. No sabía qué sintonía, ni quien hablaba, a qué se refería lo que esa chica acababa de recitar... pero empecé a temblar, apagué la radio y, ahí en un rincón, me encojí sentada en el suelo. El E.S me habló de una manera inesperada. Y lo repito, es experto en la delicadeza y el más sabio en la exhortación, y explayarme en contar cómo es Él sería eterno e imposible... ni el mejor poeta con los mejores adjetivos podría expresar tal y como es Él.
Ahí en la cocina, sola, escuché su voz. Y fueron las cuatro palabras tan profundas... y su presencia tan palpable... "Te quiero cada día" No sé cuanto tiempo estuve ahí sentada en el suelo. Entendí, lo entendí de verdad... No puedo cerrarme ni ocultar lo que hay en mí.
La forma en cómo me trata, con tal puro amor, lo que puramente es Él.
