Sin duda fueron esas oraciones. Llegas en el momento justo y te dice: "Hija, tranquila, tumbate un rato, no te preocupes, respira... deja que yo me encarge de todo, lo tengo bajo control."
Una tarde salís a caminar, tranquilos, sin rumbo en concreto, la cuestión es pasear un rato y charlar... y camináis lento, el clima es cálido y bueno, un viento agradable, te hinchas de ese sentimiento de nosequé que te eleva, te sientes bien, necesitabas ESE momento. Estáis en silencio, nada que ver con tensión, hay confianza y tranquilidad, entonces viene a tu mente todo eso que necesitas contarle... tu Padre entonces te mira y su mirada cala en lo más profundo, Él conoce bien tus pensamientos y entonces es cuando piensas "no hace falta que le cuente nada... Él ya sabe..." pero en ese momento Él interrumpe esos pensamientos y ese silencio diciéndote: "Hijo mio, cuéntame..."
Ahí algo en tu pecho se contrae y tus ojos empiezan a empañarse... intentas gesticular, contarle... pero no puedes articular palabra alguna, estáis parados en el camino, Él te mira y lo entiende, te abraza, te abraza mientras estáis en silencio y tú rompes a llorar en sus brazos, tantas cosas que contarle, tantas cosas que preguntarle y tantas cosas que agradecerle... en ese momento Él te dice: "echaba de menos oírte y que me contaras tus cosas como lo haces con algunos." El Padre... que no le importa que hora es si le pides un abrazo, no te lo niega, el que espera hacerlo. Le conté, le hablé y le pregunté, y mientras más me acerco más claro veo dónde me está enfocando. Un Dios trino, al cual me desespero por conocer, conocerlo como nadie le haya llegado a conocer nunca. Y es tal como dijo Dante, la relación con Dios es comparable a la de un matrimonio.
Sé que aquí no acaba todo... hay mucho más, desconozco muchas cosas. Quiero pasar más tardes con Él, tardes, mañanas, noches, que me impregne de su carácter, que me contagie, que se me pegue su manera de hablar, sus gestos, su risa. Hay mucho más, esto no es todo... y quiero ir a por ello, seguramente en el proceso falle muchas veces y me equiboque... llegar a la cima, conocerle... que sea una desesperación. Ahí estará el Padre a todas horas...
Hijo mio, cuéntame...